sábado, 21 de enero de 2012

TIERRA DE LOBOS

“The Loop”, de Nicholas Evans

Argumento:



Ocurre a veces, cuando menos te lo esperas, que el libro de tu vida llega a tu mesita de noche por azar y sin premeditación. Y no es un “best seller”, ni es la mejor historia que has leído, ni tampoco la mejor escrita, pero por las circunstancias que te rodean en esos instantes, se convierte en tu consuelo y en tu mejor aliado para seguir adelante con una sonrisa.
Es por eso por lo que “Tierra de Lobos” – y su protagonista- significa tanto para mí.
El lobo negro cometió la gran estupidez de su vida: abandonar su lugar protegido en las montañas y bajar al valle, al rancho de la hija menor de los Calder. Aquí empieza su viaje y el de los personajes humanos de este relato.
La familia Calder posee la hacienda más fructífera de la zona y sus vacas son las más cotizadas en los mercados de Helena, la capital de Montana. Sin embrago, cuando una manada de lobos empieza a acechar sus tierras, el patriarca de la familia no duda en enfrentarse a los ecologistas y a la mismísima ley federal que los protege como especie en peligro de extinción.
Helen Ross es una bióloga cuya tesis y conocimientos sobre el “canis lupus” la llevan a un perdido pueblo en el estado de Montana, cerca de las montañas rocosas. No sabía que se adentraba en la “boca de un lobo”.
Hope, municipio de 819 habitantes, es conocido en todos los alrededores por su odio incondicional a los lobos. La misma antipatía que sus gentes proyectan sobre las personas que además, se atreven a defenderlos.
Tan solo un miembro de esta población se preocupa por estos animales, y por desgracia, pertenece a la familia equivocada.
Para Helen, mudarse a Hope, buscar a los lobos y conocer a Luke –el hijo pe queño de los Calder- será lo que le haga salir del estancamiento personal en el que se encuentra desde hace un año.
Aquí comienza la lucha primitiva entre el lobo y el hombre, dos especies similares en la cumbre de la pirámide de la hegemonía natural. En el medio, a modo de cortafuegos, Helen y Luke, dos seres incomprendidos cuyo afecto por esta especie asesina hará cambiar la vida y el ancestral odio de los habitantes del valle de Hope.

Opinión personal:

Nicholas Evans, el autor de “El hombre que susurraba al oído a los caballos”, vuelve a retratar una alegoría del hombre en la naturaleza. Nos hace reflexionar, a través de los lobos – y de cómo éstos afectan al hombre-, sobre el egoísmo, el miedo a la pérdida de poder, la lucha entre “David y Goliat”, y el equilibrio natural, pendiente de un hilo.
Para mí, un libro hermoso, de lectura fácil, para amantes de la naturaleza y de las historias sencillas que se recuerdan para siempre, y que te hacen rememorarlas con una sonrisa nostálgica.
Socorro Víctor ( profesora de inglés) 21 de noviembre de 2011

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