miércoles, 19 de mayo de 2010

EL ARQUITECTO DE TOMBUCTÚ

de Manuel Pimentel. Ed. Urano

Argumento y opinión:

Lleva como subtítulo “Es Sahelí, el granadino”. Es una novela histórica inspirada en este poeta andaluz –antes Notario que Arquitecto y siempre poeta-,nacido en la Granada de los nazaríes, en el S. XIV.
Cuando se inicia el relato, lo vemos como embajador. El rey de los negros lo ha enviado a Vez para negociar un acuerdo que garantice el comercio a través del desierto. A partir de ese momento, el relato va siguiendo una doble vertiente, de forma alterna: por un lado, los acontecimientos que van sucediendo, sus peripecias y sus dudas íntimas entre retornar con su Rey o huir desde Fez a su Granada una vez cumplido el destierro que le había sido impuesto. La otra, sus recuerdos, su infancia y juventud en la ciudad de la Alambra. Sus correrías, sus pasiones y sus errores, aquellos que le llevaron al destierro.

La recreación ambiental está muy conseguida. Nos sumerge en una época donde pugna la tolerancia secular andaluza con la intolerancia emergente que acompaña al protagonista a lo largo de la historia. El humanismo, frente al fanatismo religioso, en este caso musulmán. Las traiciones, la política, el arribismo, el amor y la pasión por la poesía. El descubrimiento de la humildad y el ascetismo en el sufrimiento, el conocimiento válido como revelación, de nuevo el amor y la amistad. Hasta la muerte.

Su viaje nos hará recorrer Andalucía, y también el Norte de África y El Cairo, y el Egipto del Nilo, con sus tumbas, sus pirámides y su religión. Iremos con él al campo de batalla, pero también de peregrinación a La Meca. Y lo más interesante es que el viaje es fidedigno y sigue al detalle el que realizara Es Sahelí.

El relato, escrito en primera persona, nos hace sentir confidentes de su alma desde el primer momento. Los versos que salpican de vez en cuando sus páginas también son auténticos y andalusíes de la época. Es una novela de contrastes y vital. De ella, me quedo con esta cita: “ Hacen falta sabios que orienten nuestra alma, pero también poetas que reconforten nuestro corazón”.NADIE SOBRA, TODOS SOMOS NECESARIOS”

José Carlos Aranda Aguilar.( Profesor de Lengua castellana y Literatura)

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