de Jordi VinYes e Ismael Balanya
hace muchos años, en una casa, una chica se encargaba de ir a coger agua a una fuente muy lejana.
Un día la chica dijo: ¡Maldita sea mi estampa, más valiera darle el alma al diablo que no cruzar el río tantas veces!. En ese momento, el diablo apareció y le cambió el alma por hacerle un puente; ella dijo que sí.
Cuando la chica estaba en su casa, se arrepintió y se lo dijo a la dueña. La dueña tiró un cubo lleno de agua a las gallinas y el diablo las escuchó y salió corriendo.
Este cuento me ha parecido muy gracioso y divertido.
Alberto Rivas ( Alumno de P.T.V.A.L)
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