Argumento y opinión Sospecho que entre los pensamientos de Chris Stewart, un británico de espíritu aventurero y, a la sazón, amante de la música, no estaba el recalar en uno de los cientos de valles que caracterizan a la Alpujarra granadina, y mucho menos que el relato de sus peripecias junto a su mujer, su hija y una variopinta representación de fauna doméstica pudiese interesar a alguien.
El autor utiliza un estilo sencillo y directo, a veces algo prolijo, con el que nos describe el paisaje agreste de esta comarca, los cambios a lo largo de las estaciones, la idiosincrasia de los alpujarreños y las numerosas complicaciones que le surgen en una zona tan peculiar del sur de España.
Todas sus vivencias giran alrededor de “El Valero”, una cortijada típica de la Alpujarra, medio en ruinas, lejos de cualquier parte y situada, por lo que parece, en la margen equivocada del río. “El Valero” se convierte para el protagonista en la materialización de su sueño, que no es otro que el cambiar una vida apacible y tranquila en la campiña inglesa, por otra llena de incógnitas y vicisitudes.
Se trata, como en otros muchos relatos, de una muestra más de la capacidad de sacrificio y tesón que mueve al ser humano a reiniciar su vida en búsqueda de sensaciones nuevas.
Para el que no conozca esta parte de la provincia de Granada, la lectura le muestra lo agreste e inhóspito de este paisaje, así como el carácter de sus gentes.
Para el que lo conoce, como es mi caso, le permitirá rememorar cómo es el paisaje y el ritmo de vida de sus gentes.
De las muchas descripciones que aparecen, quiero resaltar la dedicada a la forma de riego que aún existe en esta zona, y que consiste en el riego mediante acequias y en el que los campesinos disfrutan de unos minutos, a veces más, para el riego de sus tierras de labranza.
En resumen, se trata de un libro entretenido, con pinceladas del fino humor inglés, en el que Cristóbal ( así llamado por los paisanos de la zona) describe con una mezcla de ingenuidad, sorpresa, y a veces sarcasmo, su vida en una tierra abrupta y mágica a la vez.
Chris, Ana ( su mujer) y Chloé ( su hija) siguen viviendo en “El Valero” que, con el paso de los años, se ha convertido en un lugar de peregrinación para los cientos de lectores que han sido atrapados por Entre limones.
Manuel Gómez-Lama ( Profesor de Biología)
12 de febrero de 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario