domingo, 20 de junio de 2010

EL AÑO DE LA MUERTE DE RICARDO REIS

de José Saramago. Ed. Alfaguara.
Argumento y opinión:


"La felicidad es un yugo y ser feliz oprime porque es un estado cierto". Son palabras que Saramago pone en la pluma de Ricardo Reis y que de pronto uno no sabe si son del autor o del mismo Fernando Pessoa reencarnado en el protagonista. Yo lo descubrí en Lisboa, la ciudad donde transcurre El año de la muerte de Ricardo Reis y que se nos va haciendo real y sueño a medida que ahondamos en el libro.
La impresionante prosa de Saramago no sólo consiguió que cada tarde paseara por la Rua do Alecrim como si yo misma formara parte de la obra, sino que despertó mi curiosidad por F. Pessoa y una profunda admiración por quien, en un libro, ha sabido plasmar toda una filosofía de vida, con un dominio de la palabra, en el límite extremo de su expresividad y aliento poético.
"Aquí, acaba el mar y empieza la tierra. Llueve sobre la ciudad pálida, las aguas del río corren turbias de barro...". ¿Se puede decir más? ¿Se puede dejar de leer?

A fines de 1935, cuando acaba de fallecer Fernando Pessoa, llega al puerto de Lisboa un barco inglés, Highland Brigade, en el que ha viajado, desde Brasil, Ricardo Reis, uno de los heterónimos del gran poeta portugués. A lo largo de nueve meses cruciales en la historia de Europa, durante los que estalla la guerra de España y se produce la intervención italiana en Abisinia, asistiremos a la última etapa de la vida de Ricardo Reis, en diálogo con el espíritu de Fernando Pessoa que acude a visitarle desde el cementerio en los momentos más inesperados.

Ángeles Benítez (profesora de Matemáticas)

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